Terapia Gestalt
«La terapia Gestalt es una autorización para ser creativo» Joseph Zinker
¿Qué es la Terapia Gestalt?
La Terapia Gestalt, parte de la Psicología Humanista, abraza el desarrollo humano y el crecimiento personal. Con influencias de diversas corrientes, propone un enfoque holístico para lograr equilibrio y bienestar, integrando las dimensiones física, afectiva, cognitiva y social.
Con un enfoque holístico e integrador, la terapia destaca la importancia del presente, centrándose en la experiencia actual del paciente. Explora cómo el pasado influye en el presente y fomenta la toma de conciencia de emociones, pensamientos y patrones automáticos.
La Terapia Gestalt promueve la experimentación corporal y emocional, permitiendo la exploración libre de sentimientos y necesidades emergentes. Busca la armonía entre pensamientos, emociones y acciones, favoreciendo la adaptabilidad ante situaciones cambiantes, construyendo mayor resiliencia y tolerancia a las frustraciones que provienen de la incertidumbre que es la vida.
Así, la Terapia Gestalt va más allá de aliviar el sufrimiento psíquico; es una filosofía de vida que busca la autonomía, responsabilidad y la búsqueda constante de la autorrealización y satisfacción personal.


La terapia Gestalt no es un conjunto de técnicas sino la transmisión de una actitud, una forma de estar en la vida.— CLAUDIO NARANJO
¿Cuál es la diferencia entre Terapia Gestalt y otros enfoques psicoterapéuticos?
La Terapia Gestalt actúa como un puente entre las terapias cognitivas y la modificación del comportamiento, haciendo hincapié en la experiencia como clave principal. Exponemos a la persona a comprensiones consistentes en experiencias (Joseph Zinker). Este enfoque se orienta hacia la realización de cambios conductuales en lugar de ofrecer únicamente una comprensión intelectual, por más profunda que esta sea. En muchos otros tipos de terapia con el paso de los años y tras muchas sesiones, muchas personas pueden entenderse profundamente, pero aún así continúan con los mismos comportamientos disfuncionales, sin lograr un cambio significativo o alcanzando solo progresos limitados.
Este fue mi caso durante muchos años; poseía un profundo entendimiento de mí misma a nivel cognitivo, pero aún no conseguía alinear mis acciones y sentimientos con lo que sabía intelectualmente. En resumen, no sentía ni actuaba de acuerdo con mi comprensión intelectual, hasta que encontré la Terapia Gestalt. La Terapia Gestalt explora la totalidad del individuo, integrando aspectos físicos, emocionales, cognitivos y sociales. Al enfocarse en el presente, analiza cómo la historia pasada influye en el momento actual.
Por otro lado, el psicoanálisis, en términos muy simplificados, se centra principalmente en el inconsciente, realizando un análisis profundo de la historia y los eventos pasados para comprender el inconsciente y resolver conflictos psíquicos. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), también en términos muy simplificados, tiende a focalizarse en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento, trabajando en conductas específicas y centrándose en modificar pensamientos disfuncionales y conductas problemáticos desde una perspectiva cognitiva, de ahí su nombre «cognitivo-conductual», es decir, busca alterar la conducta a través de lo cognitivo.
En mi experiencia, la elección entre estos enfoques es personal y depende del problema, de preferencias, de la relación terapéutica y de la orientación del terapeuta. En mi caso, la Terapia Gestalt fue crucial y la que ha marcado un cambio significativo en mi vida. Solo así pude vivir en coherencia con mis pensamientos, emociones y acciones.
1, 2, 3…
¿Empezamos?
A diferencia de lo que muchos creen, la terapia no se reserva únicamente solo para quienes enfrentan trastornos o desafíos emocionales. Es un espacio seguro para explorar tu interior, fomentando el autodescubrimiento y el desarrollo personal, lo cual repercute positivamente en tus relaciones y bienestar general.

